Con apenas 21 añitos recién cumplidos y a pesar de su bíblico nombre, ya Génesis tiene edad para pecar. O, cuando menos, hacer que nosotros queramos pecar con ella.

Tras aparecer en un par de contraportadas de diarios nacionales y un calendario de bellezas deportivas, nuestro flechazo con ella fue, sencillamente, "amor a primera vista".